Kim Yong-rae es el director ejecutivo de Speefox ―el mayor fabricante de condensadores de Corea del Sur― y cree que los robots son clave para la supervivencia de la empresa. Los capacitores son esenciales para casi todos los dispositivos electrónicos y terminarán en miles de teléfonos inteligentes, cámaras y electrodomésticos. «A lo largo de nuestra historia, siempre hemos tenido que encontrar formas de mantenernos a la vanguardia», dijo Kim al resto del mundo. «La automatización es el siguiente paso en ese proceso». La fábrica de Speefox está automatizada en un 75 %, lo que representa el continuo alejamiento de Corea del Sur del trabajo humano. Parte de ese impulso son los costos laborales: el salario mínimo de Corea del Sur ha aumentando un 5% sólo durante 2022.

Pero lo que ha impulsado esta tendencia más que otra cosa ha sido la responsabilidad legal por muerte o lesión del trabajador. En enero, entró en vigencia una ley llamada Ley de Castigo por Desastres Graves, que dice ―efectivamente― que si los trabajadores mueren o sufren lesiones graves en el trabajo y los tribunales determinan que la empresa descuidó las normas de seguridad, el director ejecutivo o los gerentes de alto rango podrían ser multado o ir a prisión. Expertos y medios locales aseguran que la ley ha sacudido a los sectores de la industria pesada y la construcción. Además de presionar a las empresas para que inviertan para hacer que los lugares de trabajo sean más seguros, señalan, desencadenó un aumento de la automatización para requerir menos trabajadores o ―idealmente― ninguno en lo absoluto.

Fuente: Rest of World.

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